martes, 7 de septiembre de 2010

pasionaria pasión tanguera

Sin ánimo de emular a un nefasto pseudoperiodista/pseudofilósofo, es elemental la vuelta a ciertas fuentes. Phatos, del griego padecer
El apasionado es presuntamente objeto de alguna fuerza superior sí mismo, a su voluntad conciente o racional; pero es sujeto. Un sujeto al que la pasión le ocurre.
Padece el enfermo el mal que no eligió. Soporta el ansioso la densidad de un tiempo que se burla de los relojes.
Sujeto inevitable, aunque la aparente pasividad lo empate con cualquier objeto inanimado.
La pasión se declara activa pero neutral. El apasionado ama, odia, fundamentaliza, adora, se inmola, lucha, se martiriza, persevera, ampara; da lo mismo.
El sujeto que persiste en su pasividad receptiva de estos poderosos sentires se convierte dócilmente en taza, en roca, en hielo, en mineral maleable en manos de la pasión.
El apasionado-sujeto decide su pasividad o su rebelión. Y está claro que no todo ser humano goza del par de cojones necesarios para no ser una taza.



 XYZ

 

heavyfuckin'soul



Ya sé que es más cómodo cauterizarse el alma, pero no sé como se hace. Lo intenté tantas veces.
Si lo hubiera logrado esa mirada de princesa no podría conmoverme. Ni sus abrazos apretados a mi cintura. Los desafíos de gladiador infantil me serían indiferentes. Los relatos de una vejez ya sin brújula pasarían a mi lado como sombras. La rabia adolescente y tierna de esa mitaddemicorazón sería menos que un susurro de abeja. La voz fraternal de una de mis heroínas no llegaría a temblar contra mis tímpanos.
Sería cómodo, sí, que las esquirlas de ese eterno tiroteo vano no me alcancen.
Pero me quedo. Son metralla por nada, para nada, abando nada.

XYZ