miércoles, 28 de abril de 2010

la maldición escrita, la maldición oral

"El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más innumerables y más anónimos que los colores de una selva otoñal... cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y chillidos. Cree que del interior de una bolsita salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo." (G.K. Chesterton)

Está bien: el lenguaje no es la realidad.
Y sí, por eso pescamos, dice Lispector.


XYZ

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